25N: NO a la violencia hacia las mujeres

¿Y qué hacemos?

En Germina entendemos que trabajar para las oportunidades de la infancia también es trabajar para prevenir y atender a la violencia hacia las mujeres, pues la violencia hacia las mujeres es también un maltrato hacia sus hijos e hijas.

Casi la mitad de las 350 familias* que hemos atendido en el último año son monoparentales -y la inmensa mayoría madres-, y es en estas familias que hemos detectado hasta 91 mujeres que sufren o han sufrido violencia de género. Si ponemos el foco en las chicas, son 11 las adolescentes y jóvenes de entre 14 y 21 años que han vivido directamente violencia por parte de chicos sólo en el último año. Y aquí le añadimos 20 más que sufrieron estas situaciones en años anteriores, siendo el 26% de las chicas que atendemos en esta franja. Una lacra, con la que no podemos quedarnos de brazos cruzados.

Trabajamos para abordarlo, pero ¿cómo?

De inicio, poniendo en el centro a estas mujeres. En cuanto lo detectamos, ya sea porque lo vemos, nos lo explican ellas mismas o alguien de su entorno cercano, entramos, escuchamos, contenemos y derivamos a servicios especializados, donde podrán recibir un acompañamiento más integral (psicológico, jurídico,…). Acompañamos a 11 madres y 3 adolescentes a estos servicios en el último año.

Preventivamente, también realizamos talleres con grupos infantiles, adolescentes y jóvenes, tanto hombres como mujeres, a través de un programa de salud afectivo-sexual. Las asambleas no mixtas con adolescentes chicas por un lado y chicos por otro son también espacios de seguridad para tratar estas cuestiones. Y hemos realizado varios talleres de autodefensa para chicas y madres. Desde hace algunos años todo el equipo profesional realiza formación en prevención de la violencia machista.

¿Y con los chicos?

Hace unos meses pusimos esta cuestión públicamente sobre la mesa: habíamos detectado un aumento de discursos y comportamientos violentos por parte de chicos hacia chicas. También con cierta impotencia poníamos sobre la mesa la escasez de recursos especializados en violencia de género juvenil tanto para atender a chicas que la padecen, como para trabajar preventivamente con estos chicos cuando empezábamos a detectar estas actitudes.

Y más allá de ponerlo sobre la mesa, ¿qué hemos hecho con estos chicos? En lugar de únicamente reprobarlo como hacíamos antes, hemos hablado con ellos y les hemos acompañado a estos recursos especializados donde han recibido tratamiento individual. También hemos organizado talleres preventivos dirigidos sólo a chicos, incluso con grupos de preadolescentes de 10-11 años, pues cada vez lo detectamos a edades más tempranas.

Son muchos los factores que condicionan la experiencia de los jóvenes de hoy en día, y para incidir en ellos debemos tener en cuenta sus vivencias, inquietudes y discursos. Cuando ponemos el foco y actuamos en el proceso de socialización de género de estos niños y chicos en realidad estamos previniendo violencias machistas en el futuro, ya que serán ellos mismos quienes extenderán este cambio en su entorno más cercano como la familia, amigos, comunidad.

En conclusión, decimos NO a la violencia hacia las mujeres, y siempre en primera instancia atendemos a aquellas que lo sufren en su propia piel y las acompañamos hacia quien puede ayudarlas mejor. Y también, creemos con convencimiento que debemos abordarlo con los chicos, y seguimos reclamando que necesitamos como sociedad recursos para poder atenderles, tanto a chicos como a chicas de la forma más adecuada.

*Datos internos Germina 2022.

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