Carta abierta de los casales de verano en las escuelas: ¿qué hemos aprendido?

El coronavirus ha puesto a prueba todos los sectores, también el educativo. El nuevo curso escolar 2020-21 que está a punto de comenzar será uno de los más difíciles de nuestra historia reciente. Ante la incertidumbre, el desconocimiento e incluso el miedo, desde la Fundación Germina queremos compartir con la comunidad educativa nuestra experiencia y aprendizajes fruto de la organización de 7 casales de verano el pasado mes de julio con la asistencia de 230 niños y adolescentes.  

Estimados, estimadas,

Nuestro propósito con esta carta abierta es contribuir, en la medida de lo posible, a hacer más fácil la adaptación de niños, adolescentes, familias, centros educativos y docentes a la nueva normalidad. No pretendemos entrar ni profundizar en debates sobre los recursos con que contamos, el poco tiempo de planificación, el papel de la administración o aspectos sanitarios.

Este compendio es el resultado de nuestra experiencia durante 5 semanas en la organización de 7 centros infantiles y juveniles en Badalona y Santa Coloma de Gramenet, que han contado con la asistencia de 230 niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad de entre 5 y 16 años en grupos reducidos. Unas semanas muy intensas, con momentos de desconcierto, informaciones contradictorias, dificultades de coordinación y inmersos en situaciones complejas que cambiaban a gran velocidad.

Creemos que, en calidad de ‘pioneros’ en la reanudación con niños y adolescentes, tenemos el deber de compartir nuestras reflexiones con la comunidad educativa que está a punto de comenzar el nuevo curso escolar. A continuación resumimos nuestra experiencia:

Nuestros aprendizajes con niños

  • Las primeras semanas estaba todo el mundo en alerta y a la expectativa, con atención al nuevo escenario y pendientes de cómo nos situábamos.Incluso los niños con más dificultades a nivel conductual se mostraban muy contenidos.
  • Hemos constatado que hay que ser muy claros y didácticos respecto a los protocolos de higiene y seguridad (gel, lavado de manos, distancia). Los niños y adolescentes se acostumbran rápidamente al uso del gel, pero este debe estar visible y disponible, sobre todo en espacios de entrada y salida (tanto de la escuela como del aula).
  • El distanciamiento físico, sobre todo entre los más pequeños y pequeñas, es de largo la medida más difícil de mantener.
  • En cuanto al uso de la mascarilla, hay que establecer un marco claro. Vemos oportuno garantizar momentos en que se pueda sacar con seguridad. Con niños pequeños nos ha sido útil buscar un sinónimo divertido, como un pez espada o tiburón, ya que los recordatorios son constantes.
  • Algunos niños y adolescentes vienen con horarios y rutinas muy desajustadas. Cuesta mucho que vuelvan a coger el ritmo, sobre todo los primeros días. También suelen estar muy cansados.
  • Constatamos una pérdida muy grande en hábitos de alimentación saludable. Observemos como algunos niños y adolescentes han llegado con un sobrepeso considerable y que se cansan al mínimo esfuerzo físico. Incluso mucha ropa se les ha quedado pequeña.
  • A nivel académico, constatamos como algunos niños y adolescentes han tenido un gran retroceso: observamos un salto atrás en aprendizajes básicos como lectoescritura o matemáticas. Algunos han perdido rutinas académicas básicas (interpretación y resolución de problemas, prestar atención o hacer ejercicios individuales). Algunos aprendizajes están aparentemente «oxidados». Encontramos la necesidad de recurrir a recursos lúdicos, y no tanto a fichas tradicionales. Algunos de ellos ni reconocían estas fichas o no sabían ni por dónde empezar.
  • En cuanto al lenguaje y la expresión oral, algunos niños y niñas de origen extranjero que no tenían el catalán o castellano consolidados dudan en hablar o no recuerdan vocabulario básico. Observamos como consecuencia que muestran una pérdida de confianza en sí mismos a la hora de comunicarse con el educador.
  • Encontramos predisposición y, al mismo tiempo, la oportunidad de trabajar otros hábitos de higiene con la justificación de prevención de la Covid-19, tales como la limpieza adecuada de uñas, pelo o ropa.
  • En cuanto a los deberes, vemos recomendable que haya un soporte físico: muchas familias tienen habilidades digitales muy limitadas.
  • En territorios muy densos como son nuestro ámbito de actuación, vemos oportuno incorporar el centro médico de referencia a los datos que recogemos a inicio de curso, ya que a menudo nos hemos tenido que coordinar con ellos de cara a pruebas PCR, rastreos o la comunicación de positivos.
  • Hay que dar gran importancia a la presencialidad, dedicando los 5 sentidos y toda la intensidad. De un día para otro, puede ir todo el grupo a casa y quedar aislados de nuevo.

Nuestros aprendizajes con adolescentes

  • Además de informar el primer día, hay que insistir y recordar periódicamente los protocolos de higiene y distancia. Es importante hacer pedagogía de la norma y explicar las justificaciones que hay detrás de una obligatoriedad o prohibición. De esta manera, los adolescentes tendrán más criterio para poder hacerla más laxa cuando les sea posible. Por ejemplo, en caso de molestar la mascarilla, se podrá flexibilizar su uso en espacios abiertos o al aire libre.
  • Otro elemento a trabajar es la concienciación que seguir las medidas de seguridad es
    cuidarnos a nosotros mismos y también a la propia familia.
  • Ante los falsos mitos y fake-news en torno a la Covid-19 que corren por las redes, hay que trabajar con adolescentes la importancia de la veracidad de las noticias, recurriendo siempre a fuentes fiables.
  • En el aspecto académico, a pesar de ser nativos digitales, los adolescentes no cuentan con conocimientos básicos como el uso del correo electrónico, la organización por carpetas, o el uso de tratamientos de texto, entre otros. Se sienten muy cómodos con el móvil, pero no tanto trabajando delante del ordenador.
  • No se debería abusar de los entornos formativos virtuales entre los adolescentes, ya que pueden suponer una barrera extra y provocar desinterés, especialmente en aquellos jóvenes que les cuesta más.

Nuestros aprendizajes con las familias

  • La relación con las familias se hace más estrecha, incluso con las de los adolescentes. Somos parte de su red de socialización y nos ven como referentes para pedir consejo, pautas y guías. Hemos realizado muchos más contactos y charlas sobre sus hijos de lo habitual, sobre todo las primeras semanas. Hemos observado especialmente el aumento de vinculación con familias de adolescentes como consecuencia del miedo que sus hijos no sigan las medidas de seguridad.
  • En caso de confinamiento provisional -y preventivo- de un grupo de convivencia por síntomas compatibles con la Covid-19, se debe establecer una comunicación clara, transparente y rápida (en tiempo razonables) a la familia. Hay que explicar bien los motivos del confinamiento, cuáles serán los siguientes pasos y los tiempos asociados, nuestra obligatoriedad de informar de sus datos por el rastreo de contactos y las recomendaciones generales para estar en casa.
  • En caso de confirmarse un positivo, es clave una comunicación directa y de primera mano en los mismos términos anteriores. En principio, la relación con la familia ya estará trabajada, ya que habrá informado previamente de la sospecha y el cierre preventivo.
  • En cuanto al seguimiento del curso escolar, la gran mayoría de familias que atendemos tienen muy pocas habilidades digitales y se han visto sobrepasadas por la situación de seguimiento online. La mayoría de las familias vulnerables no disponen de suficientes conocimientos tecnológicos ni sobre el uso del correo electrónico, y generalmente el dispositivo usado es el teléfono móvil.

Nuestros aprendizajes con el equipo profesional

  • Hay que ofrecer un espacio emocional dentro del propio equipo y ser flexibles respecto la vivencia de cada uno. Quedamos muy expuestos, con responsabilidad sobre uno mismo y de cara a la propia familia y no todo el mundo responde igual ante el miedo ni la gestiona de la misma forma. Es clave estar atentos y ser conscientes de que habrá que gestionar el miedo dentro del propio equipo. El miedo dentro del equipo puede provocar bloqueos, por lo que tendremos que estar atentos en caso de prolongarse en el tiempo. En clave preventiva, sería bueno realizar formación sobre la gestión emocional del miedo.
  • Tiene que haber un protocolo e instrucciones claras de cara al equipo educativo sobre el uso de la mascarilla y reducir al mínimo las situaciones en que este uso dependa de su criterio. Recordatorios visibles en espacios comunes ayudan..
  • Es muy importante prestar atención a sintomatologías dentro del equipo y enviar rápidamente al centro médico, sin dar por hecho que será negativo.
  • Finalmente, es tiempo de aprender a convivir con las contradicciones: dentro de la escuela estaremos separados por grupos, pero fuera -en el parque o en la plaza- podremos reunirnos juntos.
Podéis ver la carta en formato pdf aquí

Equipo educativo de la Fundación Germina
Agosto 2020

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